«Evocando los recuerdos de los tiempos compartidos,
dirigiéndose directamente al más allá, Carmen “cuenta” a Antonio
Lorenzo, su marido, lo que fue su vida pública, como deportista
y como concejal, y lo hace ciñéndose a un lenguaje sencillo
(un monólogo). Echa manos de las viejas fotografías que dan
testimonio de proezas deportivas y las “muestra” a los potenciales
lectores y al deportista protagonista.
Ésta no es una biografía convencional, sino la constatación de unos
acontecimientos vitales compartidos que pueden suscitar el interés
de otros, en tanto que poseyeron una proyección pública y forman
parte de esa historia, aún por escribir, de los deportistas que, a lo
largo del tiempo, han surgido en Marbella».
Francisco Moyano