La historiadora Iréneé Marrou afirma que:
La historia se hace con documentos escritos, sin duda. Cuando los hay. Pero puede y debe hacerse con todo lo que la ingeniosidad del historiador le permita utilizar... Por lo tanto, con palabras, con signos, con paisajes y con tejas. Con las formas del campo y de las malas hierbas, con los eclipses de luna y con los arreos de los animales de tiro. Con las peritaciones de piedras y los análisis de las espadas de metal hechos por los químicos .El presente trabajo de divulgación sobre socialismo, guerra y represión en Adamuz, un pueblo cordobés enclavado en Sierra Morena, aporta una dura crónica, más que imprescindible, para la construcción de la Historia nacional. Su autor, ha rastreado a través de todas las fuentes posibles para conformar un relato necesario para dar vida a nuestro pasado y valorar nuestro presente en paz, democracia y libertad.
Decía Azaña que en España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro. En este sentido, Juan Antonio Cebrián, con su obra, da un grito desgarrador en las conciencias, para que nunca más se vuelvan a repetir episodios dolorosos de nuestro pasado.
Nació en 1956, en el seno de una familia de trabajadores agrícolas por cuenta ajena en Adamuz, Córdoba. Desde muy pequeño participó junto a sus padres en la recogida de la aceituna y el algodón; solo asistía a la escuela cuando no estaba trabajando, estudió por libre los tres primeros cursos del bachillerato e ingresó en la Universidad Laboral de Córdoba donde obtuvo los títulos de Oficial Industrial Fresador y de Orientación Universitaria, COU; en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Córdoba se licenció en Ciencias Químicas. Con la llegada de la democracia, como muchos jóvenes de su generación, se comprometió políticamente e ingresó, en 1977, en el Partido Socialista Obrero Español, del que fue secretario de organización a nivel provincial y miembro de la ejecutiva regional. Ha representado a los ciudadanos de su pueblo como concejal durante dieciséis años, a los de la provincia de Córdoba, como diputado y vicepresidente de la Diputación Provincial durante nueve años y a los de Andalucía como Diputado en el Parlamento de Andalucía durante doce años, VI, VII y VIII legislaturas. Finalizó su actividad laboral como gerente de la empresa municipal de autobuses de Córdoba, AUCORSA. Tras su jubilación en el año dos mil veinte ha dedicado parte de su tiempo libre a recopilar información sobre la historia de su pueblo durante la primera mitad del siglo veinte, con especial incidencia en el poder que los patronos y las fuerzas políticas de derechas ejercían contra los trabajadores, los altos niveles de desempleo, las condiciones inhumanas y las dificultades económicas que ellos y sus familias padecían, por la negativa de los patronos a cultivar adecuadamente sus tierras, los orígenes y la creación del Partido Socialista y de la Sociedad de Oficios Varios, la Casa del Pueblo, el triunfo de la coalición Republicano-Socialista en las elecciones municipales del doce de abril de mil novecientos treinta y uno, que dieron lugar a la proclamación de la Segunda República, los alcaldes y concejales socialistas y comunistas. El golpe de estado del dieciocho de julio, la guerra civil, los que perdieron su vida durante la guerra, en el frente de batalla o por la represión que las milicias populares ejercieron contra dirigentes y familiares de derechas, los que perdieron su vida víctimas de la represión que el régimen franquista ejerció contra los dirigentes políticos y sindicales de izquierdas y contra los que huyeron a la sierra para intentar escapar de dicha represión. Esa confrontación provocó la muerte de al menos doscientas setenta y cuatro personas, la privación de libertad, durante largos periodos de tiempo, de mas de cien y el exilio de varias decenas. Con la publicación de este libro Cebrián pretende poder de manifiesto el drama y la tragedia que supuso para su pueblo el golpe de estado, recuperar la memoria de las personas que perdieron su vida, fueron encarceladas o huyeron al extranjero, honrar y dignificar el dolor y el sufrimiento de las personas que durante tantos años derramaron Lágrimas de Sangre por sus seres más queridos; todo ello con el único objetivo de que el conocimiento de estos hechos nos ayude, a todos, a evitar que algo parecido su vuelva a repetir en el futuro.