RENÉ EN SU LABERINTO pretende ser la metáfora de un tiempo inocente en el que los niños se conformaban con cualquier cosa porque no había más que insignificancias prodigiosas. En una España casi pobre y casi desamparada --tampoco la de ahora tiene más amparo y mejor conocimiento— René es el símbolo del asombro, de una perplejidad sin alarmantes travesuras.
En la España de entonces –en la de siempre— el hondo pensamiento vive sólo en privilegiadas cabezas. Los demás españoles tienen prisa y envidia al ver cómo otros pueblos han alcanzado lo que únicamente se logra con disciplina familiar, con buenos libros, con excelentes maestros y, desde mi línea personal, con la fe de Jesucristo alumbradora.
P.V.
AUTOR:
Todo lo que se escribe, de alguna manera se ha vivido. Fernando Pessoa, para disimularlo un poco, creo los heterónimos, que son él mismo diversificado. Pedro Villarejo ha hecho algo parecido con los personajes de esta interesante novela en la que un René adolescente y joven se plantea vivir aprendiendo y preguntando para equivocarse lo menos posible. Cambiando el gesto y la voz, Pedro Villarejo es a veces don Servando, el maestro misterioso que lo sabe casi todo. O el cura de Baeza. O el boticario. O la señora Emilia. O hasta se atreve a ser un poco don Antonio Machado, que está de profesor en el pueblo al que llegó viudo y solitario. RENÉ EN SU LABERINTO busca sorprender desde lo sencillo, orientar el vaivén de los deseos y sostiene, que un joven de entonces o de ahora, nos puede enseñar a vivir la adultez con una cierta inocencia.
R.F.
RENE EN SU LABERINTO, PEDRO VILLAREJO
Temas IBIC ANDALUCIA, COMUNIDAD AUTONOMA DE, ESPAÑA, ESPAÑOL / CASTELLANO, FICCION MODERNA Y CONTEMPORANEA / BAEZA / LLEGADA A LA MADUREZ
